lunes, 30 de noviembre de 2015

La lucha del padre de Rodrigo Avilés.

En el nombre de mi hijo. La lucha del padre de Rodrigo Avilés
29 Noviembre, 2015 
Félix Avilés (57) es una de las personas que más ha aparecido en la prensa este último mes, después de la Presidenta Bachelet y los ministros de Estado. La tragedia que desató la brutal agresión a su hijo, el 21 de mayo pasado por un carro lanzaaguas de Carabineros, cambió repentinamente el rumbo de su vida y el de su familia. Su historia y la de su hijo, están llenas de encuentros y desencuentros con su pasado. Aquí su testimonio de vida, que hoy lo tiene luchando contra un sistema que aún guarda en sus entrañas la impunidad. “Mi hijo no es un mártir. Lo que le pasó, es la consecuencia de una estructura criminal que aún nos arrebata la lucha histórica de Chile: el nunca más”, asegura.
A pocos minutos de que Rodrigo Avilés ingresara en estado grave al Hospital Van Buren de Valparaíso, tras ser abatido a menos de cinco metros por el chorro de un guanaco de Carabineros, Félix Avilés, su padre, recibe una llamada. Era Luna Rojas, militante de la Unión Nacional Estudiantil (UNE), una de las mejores amigas de su hijo.
Antes de contestar, le advierte instintivamente a su esposa Soledad y a sus dos hijas que lo acompañaban en el auto: “Quedó la cagá”.
– Luna, ¿dónde está Rodrigo?- le pregunta por teléfono sin siquiera saludarla.
“Félix, el Rodrigo está en el hospital. Yo estoy con él. Te llamo en un rato más para contarte”, le responde antes de cortarle.
Los planes de salir a almorzar en familia habían cambiado, se iban directo a Valparaíso. A los minutos, Luna vuelve a llamar. “Se me murió el Rodrigo”, fue lo primero que pensó. “Fue horroroso, la sensación más aterradora de mi vida”, recuerda.
-Suena inexplicable, pero siempre viví con la sensación de que a mi hijo le pasaría algo grave. Algo en mi alma lo sabía, a pesar de que la Sole me decía que eran aprehensiones, porque no era así con mis hijas. Se me fue el mundo abajo- recuerda Félix.
“Tío, véngase ahora”, le insiste Luna cortante. Toda la familia temió lo peor. A los minutos, el subdirector del hospital, David Gutiérrez, lo llama personalmente para explicarle la situación. Le explicó que Rodrigo estaba vivo, pero que su estado era muy grave. Durante 45 minutos al teléfono, le explicó su condición de salud e intentó calmarlo. “Mi hijo estaba con tu hijo en la marcha”, le desliza David. Más tarde, Félix se enteraría que también ellos se conocían desde la juventud. Ambos fueron dirigentes estudiantiles en la Universidad Católica y habían participado juntos en varios actos en contra de la Dictadura.
Una hora después, la familia Avilés ya estaba en el puerto rumbo al hospital. “Tenemos dispuesto un estacionamiento para ustedes, los estamos esperando”, le dice Gutiérrez antes de cortar. Para Félix, esa consideración solo tenía una lectura.
-Me quería tranquilizar porque sabía que mi hijo se iba a morir. Que no iba a aguantar las operaciones. Ellos querían que nos pudiéramos despedir- cuenta Félix.
La llegada de la familia de Rodrigo generó caos afuera del hospital. Ahí se encontraron con los amigos de su hijo, conversaron con médicos observadores de DD.HH y periodistas presentes en la marcha que tenían información. En menos de media hora y luego de ver fotografías -que hasta hoy en día no ha podido volver a mirar- Félix tenía claridad de lo que le había pasado a su hijo: un guanaco de Carabineros le había disparado el chorro directo a su cuerpo, dejándolo moribundo en el piso.
“Estaba destrozado, pero la impotencia y la rabia no me permitieron desmoronarme. Tenía que denunciar de la manera más clara posible. Le dije a Gutiérrez que yo no me movía más, que me iba del hospital con mi hijo vivo o muerto”, recuerda el padre de Rodrigo.
En ese momento, Félix Avilés, histórico MAPU y dirigente estudiantil de los 80, se reencontró con la indignación que lo movilizó a él, a su esposa y a sus amigos en dictadura. Las primeras declaraciones de Carabineros aseguraban que Rodrigo se había “tropezado solo”. “El crimen de mi hijo y la represión a los estudiantes no podía quedar impune, me daba igual si me criticaban por mi frontalidad, no iba a permitir que lo escondieran bajo la alfombra”. Se paró delante de las cámaras y empezó a hablar. Comenzaba su nueva lucha.
EL SEMINARISTA MAPU 
Félix Avilés es, según sus propias palabras, “nacido, formado y deformado” en Santiago. Su infancia, junto a sus padres y su hermano, la vivió en la comuna de Lo Espejo, cuando todavía era un sector rural. Su madre, alessandrista de corazón, siempre fue conservadora, al igual que toda familia materna. La posición política de su padre, sin embargo, siempre le provocó dudas. “Lo vi celebrar muy contento el triunfo de Allende en 1970, sin embargo, nunca lo expresó frente a mi mamá. Nunca lo vi defender su punto de vista, perdió no más”, recuerda Félix.
Con su hermano, la historia no era muy distinta. Después del colegio entró a la Escuela Naval, donde logró el rango de Comandante de la Armada en plena dictadura. “Yo siempre me sentí como la oveja negra de la familia. Yo ya tenía vinculaciones con el PS y el MAPU, al mismo tiempo que él tenía conexiones con organizaciones de derecha”, recuerda.
Cuando Félix terminó sus estudios, tenía clara su posición política y su vocación: entró al Seminario de los Sagrados Corazones para ordenarse de cura.
-Yo tomé la vida religiosa muy en serio, era un mundo donde la vida en comunidad era muy fuerte, tenía gran compromiso social y un acercamiento de vivir la Iglesia con la gente que estaba sufriendo. La Iglesia del Cardenal Silva Enríquez es la que siempre admiraré y la que intenté inculcarles a mis hijos- explica.
Aparte de su vocación de servicio, desde los 14 años que Félix empezó a acercarse al Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU). Sin embargo, no fue hasta que entró a estudiar Teología a la Universidad Católica, que su compromiso político empezó a tomar un puesto importante en su vida. “Las misiones que hice trabajando mano a mano con pobladores en el sur, y luego en La Granja en Santiago, me despertaron el compromiso con mi organización. Ya no podía solo hacer trabajo social”, explica.
A principios de los 80, pidió permiso formal en su Congregación para militar en el MAPU, que operaba de manera clandestina. Los trámites llegaron hasta el Vaticano y logró su autorización, pero con el compromiso de ser cauteloso. A pesar de eso, Avilés ya era un personaje incómodo para la dictadura. “Me tenían fichado, me detuvieron varias veces sin ni siquiera saber por qué. Me pegaban y me devolvían a la casa”, recuerda.
Pero esas detenciones fueron solo el comienzo. Félix empezó a protagonizar actos que denunciaban la impunidad ante la violación de los derechos humanos y fue ganando cada vez más notoriedad, hasta transformarse en Secretario General y Jefe Político del MAPU en la Universidad Católica. Estaba fichado por las autoridades y también por Carabineros y la CNI. Lo detuvieron al menos cinco veces, en las que los golpes, humillaciones y amenazas de muerte empezaron a escalar, al punto que ni el Cardenal Silva Enríquez o la escasa presión de la época, lograban que lo soltaran.
En el año 83, entra en una profunda crisis vocacional, y se da cuenta que debe dejar el Seminario. “Sentí que como cura apuntaba solo a lo social y yo quería hacer más, quería poder estar en lo político también. No existían las condiciones mínimas dignas, teníamos que pelear por ellas aunque eso implicara dar la vida”, afirma. Félix sabía perfectamente que su salida del Seminario lo dejaba sin una red de protección. La situación se iba a poner más dura. A pesar de eso, se titula de Teología en la UC y más adelante, a finales de los 90, decide estudiar derecho vespertino en la Uniacc, titulándose el año 2001.
Un año después de su crisis vocacional y a propósito de una huelga de hambre que protagonizaría junto a Gastón Soublette en la UC, conoce a Soledad Bravo, una estudiante de periodismo con un compromiso igual al de él. Se pusieron a pololear inmediatamente. “Se transformó en mi compañera incondicional”, dice Félix. Pero a los meses, tras una manifestación en el Campus Oriente, Félix vuelve a caer preso. Pero esta vez sería distinto. Luego de varios días de interrogatorios que lo hicieron cuestionarse su relación con la muerte, lo mandaron relegado al interior del Alto Bíobío por 100 días. Soledad, que en ese tiempo hacía su práctica en la Vicaría de la Solidaridad, cubrió la historia y lo acompañó durante todo ese tiempo. Apenas volvieron a Santiago, en marzo del 85, se fueron a vivir juntos y decidieron irse a Linares para trabajar en una pastoral social con el sacerdote Carlos Camus, conocido opositor al régimen de Pinochet. Ahí fue donde nació Rodrigo Avilés.
NUEVA VIDA
La noche anterior a la marcha del 21 de mayo, Rodrigo Avilés y sus compañeros de la UNE, se reunieron a planear los últimos detalles de la movilización. Solo había pasado una semana de la marcha estudiantil que dejó dos manifestantes muertos en Valparaíso, Exequiel Borvarán y Diego Guzmán, una tragedia que les tocó de cerca y los tenía tensos. “Lo habíamos conversado juntos con el Rodrigo, en cómo las cosas no habían cambiado tanto, independiente que fueran otros los que mataban manifestantes”, recuerda Félix. Es por eso que Rodrigo ese día le planteó la realidad a sus compañeros: “¿Qué vamos a hacer cuando a uno de nosotros les pase esto?” Todos quedaron en silencio.
-Rodrigo tenía la inquietud sin saber que al otro día su vida pendería de un hilo. Ese miedo, esa reflexión, que yo siempre tuve con él y que también tuve con mi propia vida en dictadura, se materializó de golpe, como un ciclo maldito- reflexiona Avilés padre.
Durante las primeras semanas en que Rodrigo se debatía entre la vida y la muerte, su familia se alojó en el departamento de la familia de Daniel Gedda, nuevo presidente de la FEUC y amigo cercano del estudiante de Letras. Fueron semanas duras. “Primero luchamos por que no se muriera, luego porque despertara y de ahí que no quedara vegetal. Le agradezco a la vida que mi hijo esté vivo, pero también sé, que mucho de eso tiene que ver con que era Avilés. Yo generé lazos durante la dictadura y luego en los 90 que, en este país de mierda, significan salvarte la vida”, afirma Félix Avilés.
En su vida como activista y líder estudiantil, Félix Avilés hizo lazos con muchos dirigentes que más tarde se transformaron en figuras de la Concertación. Adriana Delpiano, Carolina Tohá, Claudio Orrego, Sergio Bitar, ex parlamentarios como Esteban Valenzuela y un montón de militantes de base determinantes para la conformación de partidos, son solo algunos de los amigos cercanos a la familia que vieron a Rodrigo Avilés crecer.
Además, cuenta Félix, apenas se restableció la democracia en Chile, firmó como uno de los fundadores del PPD –partido conformado por gran número de ex MAPU- lo que le permitió conocer de cerca gran cantidad de políticos que hoy son diputados y senadores. Su red es amplia y no tiene ningún tapujo en aceptarlo. “Mi generación que militó en dictadura es bien reducida. Nos conocíamos entre todos. El mundo dirigente se transformó en los partidos y ahí hay gente con la que tenemos profundo cariño. Pero eso mismo es lo que me duele. Es horrible pensar cómo esas coincidencias de la vida pudieron tener una influencia en que mi hijo esté vivo. Eso me provoca mucha bronca en como está construido el país”, cuenta Félix.
Aparte de sus conexiones con dirigentes estudiantiles de los 80, durante los 90 y también después del 2000, Félix Avilés trabajó en varias oportunidades en el mundo público. Fue jefe de gabinete de Sergio Bitar, trabajó para la subsecretaria de Economía y se hizo cargo de varios proyectos en los gobiernos de la Concertación. A pesar de eso, hoy es muy crítico con su rol y el de su generación.
-Nadie se preocupó de cambiar la cultura que las fuerzas policiales tenían en dictadura y que hoy siguen reproduciendo. Me da pesar no haber podido hacer nada más, aunque no haya tenido la plataforma pública para hacerlo en ese momento- relata Avilés.
Durante las semanas más complejas de la recuperación de Rodrigo, agradeció el apoyo de sus amigos, pero desde un ángulo distinto. Incluso, cuando tuvo la oportunidad de hablar con Michelle Bachelet, no dudó en decirle en cómo la generación a la que pertenecen, falló: “cuando hablé con ella le dije: nosotros pasamos horrores, arriesgamos la vida ¿Para qué tanta gente murió defendiendo este país si aún no sabemos si nuestros hijos vuelven a la casa? ¿Qué mierda pasó entre medio? No podemos seguir permitiendo esto, acá tenemos responsabilidades, hay que hacer algo de una vez por todas”.
EL NUEVO FRENTE
Hace dos semanas que Félix Avilés empezó a retomar su trabajo en su estudio de abogados. La increíble recuperación que Rodrigo ha tenido en los últimos seis meses, le ha permitido una autonomía que todos sus médicos tratantes veían imposible: puede caminar con normalidad, hablar, empezó a estudiar desde su casa y retomó sus investigaciones académicas desde hace unos meses. A pesar de que aún es muy pronto para proyectar las secuelas a largo plazo, de a poco ha ido recuperando su vida. El sábado antepasado celebró su cumpleaños 29 con 50 amigos en su casa. Las condiciones sin duda han cambiado. “No toma ni fuma y a las 11 de la noche ya está acostado, pero estaba profundamente feliz. Lo vieras como sonreía. Todos sus amigos estaban con él, regaloneándolo. Celebraban que está vivo”, cuenta Félix.
Pero el camino de recuperación no ha sido fácil. Desde que pasó la agresión, Félix se dedicó a Rodrigo completamente, acompañándolo a todas sus terapias de fonoaudiología, kinesiólogo, psicólogo y neuropsicólogo, que ocupan largas jornadas de su día. “Siempre le reitero que estamos juntos en esto y que vamos a salir juntos de la mejor manera”, cuenta Félix.
El pasado viernes 20 de diciembre, Félix y el movimiento estudiantil tuvieron su primera victoria. Lograron que la Corte de Apelaciones desaforara al diputado UDI, Gustavo Hasbún, por injurias y calumnias en contra de Rodrigo cuando estaba grave y los estudiantes que marcharon ese día en Valparaíso. El logro no es menor. Por primera vez un ciudadano logra desaforar a un parlamentario y enfrentarlo, como cualquier chileno, en la justicia ordinaria.
– El diputado Hasbún, resguardado, parapetado cobardemente detrás de la institución llamada fuero, decidió salir a enlodar la honorabilidad de Rodrigo y, a través de ello, maltratar a todo el movimiento estudiantil y criminalizarlo, señalando que Rodrigo estaba encapuchado, saqueando, que era un delincuente. Tendrá que dar cuenta ahora de sus palabras- afirma Félix.
La pelea que la familia de Rodrigo ha asumido desde su accidente, dialoga con sus antiguas banderas de lucha en dictadura. Félix Avilés está convencido de que el problema de Chile es estructural y que su hijo no debe transformarse en una víctima, si no en un motor para producir cambios: “Los tribunales militares solo provocan impunidad. No podemos meternos en los protocolos ni currículos de formación de Carabineros, lo que también provoca impunidad. Es el mismo problema que tenemos hace décadas y aún no logramos erradicar”, reflexiona.
Hoy, el padre de Rodrigo Avilés cree que no hay vuelta atrás. No le importa que la derecha lo critique de oportunismo político ni menos que inventen montajes, como el falso listado de detenidos desaparecidos que el fin de semana recorrió tuíter, donde aparecía su nombre. “Ya ni siquiera me da tanta bronca la UDI, creo que son más peligrosos los parlamentarios de la Nueva Mayoría, la izquierda que puede hacer cambios y se hace la sorda”, dice. Tampoco le molesta que lo critiquen por figurar en los medios, porque cree que es la forma de presionar para que las cosas cambien. Para Félix Avilés y su familia, la pena se ha vivido entre cuatro paredes.
-Yo tengo el alma partida y eso no se me pasará nunca. No puedo creer que esto le haya pasado a Rodrigo, parece una mala jugada del destino. Esto destruyó mucho, porque nadie sabe cómo avanzarán las cosas. Pero para eso Rodrigo me tiene a mí y a su familia. Lo que pasó debe ser un problema nacional y no personal. Hay que luchar por las familias que ya tuvieron que pasar por este martirio, por los estudiantes golpeados en las marchas y por nuestras futuras generaciones. Este capítulo oscuro de nuestra historia, tiene que cerrarse para siempre- afirma Félix Avilés.

Alejandro Navarro salió al paso del ex presidente Ricardo Lagos

El líder del MAS Alejandro Navarro salió al paso del ex presidente Ricardo Lagos quien se manifestó a favor de concesionar la construcción de hospitales en nuestro país, ya que “de lo contrario se deberá invertir más dinero como Estado”. 
El senador Navarro señaló “el ex presidente Lagos falta a la verdad, ya que las concesiones son una forma de endeudamiento mucho más cara a que el Estado obtenga un crédito para invertir en salud pública”.
El legislador señaló que “según estudios del Ministerio de Salud, el costo del metro cuadrado de los recintos concesionados es de 63 UF, es decir, un 77,8% más alto que las 35,4 UF que demandaría el metro cuadrado al construir bajo el modelo sectorial”.
 El líder del MAS ejemplificó: “las concesionarias, por instalar dos mesones cobran 9 millones de pesos, por poner dos enchufes con un punto de internet cobran 1.664.000, por poner un citófono 870 mil pesos, es decir, una situación similar a lo que ocurre en las grandes farmacias, donde te cobran hasta 2000% más de lo que vale el mismo medicamento en una farmacia popular”.
Navarro enfatizó “seamos claros: en las concesiones hospitalarias, al igual que en las carreteras, ganan sólo los que las administran y los usuarios lo único que hacen es pagar, pagar cinco o seis veces más de lo que pagaríamos si el Estado invierte en salud pública”.
Agregó que “El ex presidente Lagos además falta a la prudencia, ya que habla como candidato presidencial abriéndose a concesionar los hospitales en un próximo gobierno de la Nueva Mayoría, cuando el actual programa de gobierno descarta de plano cualquier tipo de concesión en la salud pública”.  Para Navarro “lo que ha hecho el ex presidente Lagos es sumarse a un diseño impulsado por parte de diversos grupos de interés como la Cámara Chilena de la Construcción y el Colegio Médico, que lo único que buscan es desangrar el Estado para seguir llenarse los bolsillos a costas de la salud”.
El congresista dijo que “si bien, los lobistas argumentan que las concesiones permiten enfrentar el problema del déficit de infraestructura pública y postergar los pagos tres o cuatro años después de la licitación. Lo que no dicen es que concesionar acarrea un aumento del 77,8% del costo directo de construcción”.
Añadió que “este fue el motivo por el cual la Presidenta Michelle Bachelet -quien impulsó en su anterior la concesión del hospital de Maipú y Florida-, decidió que este gobierno no continuará con el modelo y que solo se edificarán hospitales con inversión estatal directa”.
Por lo anterior que Navarro advirtió que “la salud pública no es una carretera, por lo que no permitiremos que un grupo de empresarios oportunistas se quieran aprovechar de la crisis que vive la salud pública y pretenda lucrar con un derecho humano como lo es la salud”. Es por lo anterior que el senador del MAS dijo que "el Estado debe analizar endeudarse de la manera más eficiente, y las concesiones claramente no son la forma más adecuada".
La gente se está muriendo
El parlamentario agregó además que “el problema no pasa solo por la infraestructura de Salud; de nada sirve tener un hospital si no tenemos médicos especialistas”.
“Las cifras son catastróficas, los chilenos se están muriendo por la faltad e médicos. Solo entre 2010 y el 2015 han fallecido 57.775 personas esperando una consulta médica y han fallecido otras 10.083 personas esperando una operación quirúrgica. Y solo entre enero y octubre de este año 2015, van 171 fallecidos del AUGE sin ser atendidos”.
En este sentido dijo que “si bien, el informe de transparencia del Minsal no triangula entre la causalidad de fallecimiento y el motivo de la espera, tampoco lo descarta”.
A juicio del senador Navarro “eso sí, este informe revela que estamos ante una grave vulneración del derecho, ya que como Estado no estamos garantizando el acceso a quienes eligen atenderse en la salud pública, lo que se ratifica con los más de 3 mil médicos que faltan, y las más de 1 millón y medio de atenciones médicas pendientes”.
Finalmente Navarro anuncio nuevas acciones para la llegada de médicos cubanos “estamos evaluando una serie de acciones jurídicas que permitan el cese transitorio tanto del Eunacom como del Conacem, así como no descartamos tener que marchar hasta el Ministerio de Salud para presionar, esta es una propuesta que ha sido respaldada por 257 alcaldes, que representan 11 millones de chilenos, por lo que esperamos el gobierno reaccione”, sentenció.

Detectadas importantes propiedades anticancerígenas en la chachacoma.





Investigación detectó importantes propiedades anticancerígenas en yerba usada en el altiplano. Se trata de un estudio hecho a la Chachacoma, por el Centro de Investigación del Hombre en el Desierto (Ciihde), lo cual abre expectativas para su uso más allá de la medicina tradicional aymara. www.soychile.cl/…/Arica-Investigacion-cientifica-detecto-im…
Descubrimiento científico fue dado a conocer en la UTA.
Con resultados altamente positivos, como la detección de propiedades anticancerígenas de la Chachacoma, el Centro de Investigación del Hombre en el Desierto CIHDE , cerró el proyecto de investigación “Transferencia, desarrollo y puesta en valor del patrimonio etnobotánica de la región de Arica y Parinacota” , el que se desarrolló por espacio de 18 meses y fue financiado con Fondos de Innovación para la Competitividad FIC.
El proyecto, que fue liderado por el doctor Carlos Etchiburú, permitió dar a conocer otras propiedades de otras 7 plantas usadas por la medicina ancestral en los sectores pre y cordilleranos de la región.
El acto de cierre del proyecto, llevado a cabo en el Campus Velásquez de la UTA, contempló la presencia de científicos nacionales, investigadores de universidades locales, docentes de establecimientos educacionales de la región, y los consejeros regionales Ernesto Lee, y Claudio Acuña, presidentes de las comisiones de Educación y Fomento Productivo respectivamente.
En la oportunidad, Elias Leferte, Director del CIHDE, resaltó los logros alcanzados, en que consideró una bioprospección de estas plantas, estudiarlas científicamente, con el objeto de saber qué propiedades tienen y si lo que se dice es efectivo en torno a sus cualidades. “De esta forma se detectó en 8 plantas algunas propiedades, como en la chachacoma, que contiene propiedades antioxidantes y anticancerígenas; la malva, que tienen un alto nivel proteico; además del rica rica y el orégano, para ver que otros subderivados se pueden obtener”, expresó Laferte.
De esta manera, se cerró una primera fase del proyecto, a la espera de su continuidad, aunque se está claro que el mayor costo, que es la formación del capital humano y científico pudiese emigrar debido a la falta de continuidad de este tipo de estudios, por lo que se está en la búsqueda de recursos y apoyos para darle continuidad a la tarea de investigar, la que ha sido destacada y corroborada a nivel nacional e internacional, como en los Estados Unidos e Inglaterra. http://www.cihde.cl/


domingo, 29 de noviembre de 2015

“Chile no está ganando nada con el TPP que no tenga con el TLC de EE.UU. Joseph Stiglitz

“Chile no está ganando nada con el TPP que no tenga con el TLC de EE.UU., y su aprobación sólo empeorará las cosas”, dice Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía en 2001. En conversación con El Mercurio Inversiones, el profesor de la Universidad de Columbia advierte que el Acuerdo Transpacífico (TPP) entre doce economías que el gobierno de Chile terminó de negociar en octubre –y que ahora es analizado por el Congreso– generará serios problemas para nuestro país en áreas como la financiera y la salud.
Dice que si Chile, por ejemplo, pretende evitar la transacción de instrumentos financieros como algunos derivados o CDS –que él menciona como parte del origen de la crisis financiera de EE.UU. –, las corporaciones que consideren dañada su inversión podrán demandar al país con amplias probabilidades de ganar, pues el tratado promueve el arbitraje internacional por sobre las cortes de justicia locales, el que a su juicio, es “controlado por las grandes corporaciones”. En estos casos, “cuando se trata de un gobierno pequeño como el de Chile, Chile siempre pierde”, sostiene quien también fue presidente del consejo de asesores económicos de Bill Clinton y economista jefe del Banco Mundial.
Stiglitz señala además que el acuerdo “cambia el balance y aumenta el poder de las grandes farmacéuticas frente a los medicamentos genéricos”, y que, a diferencia de lo que afirman sus promotores, “no hay evidencia real de que apoyará al crecimiento económico”. Quien ganara el premio nobel de economía por sus análisis de mercados e información asimétrica, enfatiza en esta entrevista que “cualquiera que esté preocupado por el balance entre las corporaciones y el resto de la economía, tiene que estar en contra” del TPP. “No entiendo por qué su presidenta lo está apoyando”, subraya.
–Considerando que en Chile el TPP ahora está en manos del Congreso, ¿qué deberían tener en cuenta nuestras autoridades y ciudadanía en torno a él?
La pregunta particular que Chile necesita hacerse es si está ganando algo más de lo que tiene con el Tratado de Libre Comercio con EE.UU. o si, como creo, está empeorando las cosas. En particular, una de las preocupaciones está en las disposiciones del TPP sobre ampliar los derechos de propiedad intelectual de las grandes compañías farmacéuticas. Acá Chile está en una mejor posición de la que planteó inicialmente EE.UU. para este acuerdo, pero peor que en el actual TLC con EE.UU. Entonces, Chile estará peor en su posición de acceso a medicamentos. El segundo gran tema es la disposición del TPP sobre inversiones. Chile ya experimentó algunas dificultades con este tema bajo el TLC con EE.UU. cuando en 2010 quiso responder a la entrada de capitales al país como resultado del QE, y su habilidad para responder fue seriamente restringida por el tratado. Bueno, este acuerdo profundiza esta negativa disposición. Esto, junto con el tema del acceso a medicamentos, son los que generarán más complicaciones a Chile.
–En términos prácticos, ¿cómo nos veríamos afectados?
El país puede ser demandado, dado que los inversores foráneos podrán iniciar disputas bajo arbitrajes donde las corporaciones tienen acceso privilegiado, en un contexto en el que ni las ONG, ni nadie puede hacerse parte abogando por el medio ambiente o acusando abusos. Sólo las corporaciones tendrán un trato preferencial bajo este acuerdo. Todas estas razones son las que hacen que mucha gente en EE.UU., incluidos todos los candidatos demócratas a la presidencia, y varios candidatos republicanos, estén en contra del TPP. Eso muestra que incluso en EE.UU. se concuerda en que este es un mal acuerdo para el país.
–En estos arbitrajes hemos visto triunfos para EE.UU. por sobre corporaciones, por ejemplo. ¿Por qué suponer, a priori, que Chile perderá?
Hay interesantes investigaciones que muestran que cuando los inversores entran en disputas, y cuando las grandes corporaciones deciden demandar a un país relativamente pequeño como Chile, éstas casi siempre ganan. Estos arbitrajes, en su forma actual, están realmente controlados por las grandes corporaciones. La historia muestra, sin embargo, que básicamente cuando hay del otro lado un gran gobierno, como el de EE.UU., éste siempre gana. Pero cuando es un gobierno pequeño como el de Chile, Chile siempre pierde. Entonces, ustedes no estarán en una real corte, no se trata de una corte justa, es una que está totalmente sesgada a favor de países como EE.UU. y de las grandes corporaciones.
–Bajo este supuesto, ¿qué podría ocurrir en nuestro país con las disposiciones del TPP?
Eso significa, en la práctica, que si ustedes aprueban una regulación sobre el medio ambiente o sobre los transgénicos, o sobre la economía, hay una alta probabilidad de que su propuesta sea demandada. Y las magnitudes de estas demandas son sencillamente enormes. Déjeme poner un ejemplo reciente: Canadá, que es obviamente un país más rico que Chile, pero bajo una disposición internacional muy similar, hizo una evaluación ambiental sobre un proyecto particular y cuando a la compañía no le gustó el resultado, recurrió al arbitraje internacional. Y éste, como en general suele hacer, apoyó a las corporaciones, aún cuando sabían, y esto es realmente sorprendente, que la compañía podría haber ido a la corte canadiense. Pero la firma escogió ir al arbitraje porque sabía, como el resto, que las cortes canadienses son buenas, honestas, y prefirió el arbitraje, porque sabía que ahí las corporaciones casi siempre ganan.
–¿Chile entraría, entonces, en esta dinámica?
Sí. En un país pequeño como Chile, están firmando lo que nosotros llamamos en Estados Unidos una “corte de canguro” (que alude a un procedimiento injusto, parcial), donde tú casi siempre vas a perder.
– La Presidenta Michelle Bachelet dijo hace algunos días que “estamos muy felices” de ser parte del TPP y que defenderá el acuerdo en todas partes. ¿Cómo se justifica el contraste con lo que usted plantea?
No tiene sentido. Hay una tendencia en los presidentes, particularmente cuando hay restricciones presupuestarias, o un contexto en donde es muy difícil para ellos pasar legislaciones, de creer que han logrado algo cuando ellos tienen un acuerdo comercial, aún cuando sea un mal acuerdo. Básicamente, Chile, dado el libre acceso que ya tiene a EE.UU., ha cubierto la parte más importante del mercado, y la posibilidad ahora de que tengan acuerdos con Vietnam, o Malasia, no abre oportunidades muy significativas. Por lo tanto ustedes tienen que evaluar el costo/beneficio, y si yo fuera Chile, estaría muy preocupado, particularmente en el área de los medicamentos y financiera, donde ustedes perderán. Una de las razones por las cuales ella podría haber sentido que podía apoyar el tratado, fue porque hubo algunas concesiones que fueron hechas para Chile.
–¿Compensan estas concesiones las inquietudes que usted plantea?
Chile estaba más preocupado por el tema de los medicamentos. Y respecto a la posición negociadora inicial de Estados Unidos, que fue doce años de protección de medicamentos biológicos, el país cedió, pero el punto es que incluso el presidente Obama se oponía a estos doce años –confidencialmente sé que en reuniones él se había opuesto a ello–, por lo que, de hecho, EE.UU. hizo como que estaba cediendo, pero lo que pasó en realidad es que habían adoptado una posición extrema y luego cuando la ajustaron, ella (Bachelet) puede haber sentido que Estados Unidos estaba transando, por lo tanto tenía que apoyar el tratado.
EJEMPLIFICANDO CON LAS AFP
–¿Qué aspecto en particular del capítulo financiero del TPP podría ser riesgoso?
Hay un suceso que puede graficarlo. Alemania, en la discusión del TTIP (acuerdo entre EE.UU. y la Unión Europea), que es un acuerdo bastante similar a través del Atlántico, fue muy explícita en señalar que no firmará el acápite de inversión, y que prefiere una corte que el arbitraje. Esto es un ejemplo de que este acuerdo de inversión está obsoleto, y lo cierto es que una serie de otros países ya han aprendido, en un sentido muy profundo, lo malos que son estos acuerdos. Ecuador está sufriendo mucho por ello.
–¿Qué implicaría, en lo práctico, el acuerdo financiero para Chile?
No he tenido la oportunidad de estudiar todas las disposiciones del acuerdo, que como usted sabe, fue negociado en secreto, y una de las cosas sorprendentes acerca de él es cuán complejo es. Y esta es una parte que va a generar mucho trabajo para los abogados especializados en finanzas. Porque no es un acuerdo transparente, aún cuando haya sido liberado. Distintas personas están interpretando parte de éste de forma diferente y eso demuestra que no es un acuerdo bien redactado, y también implica que los árbitros internacionales tendrán un montón de discreción para interpretarlo en cualquier sentido que ellos quieran. Por lo tanto, la complejidad es por sí misma muy perturbadora.
–¿Por qué un acuerdo tan determinante tendría problemas de redacción?
La razón por la cual es así es porque quienes lo impulsaron intentaron que la gente que estaba preocupada por la salud o el medio ambiente creyera que se habían tomado en cuenta sus inquietudes, pero al mismo tiempo trataron de persuadir a la comunidad corporativa de negocios de que les estaban entregando las ventajas originales.
–Y en nuestro país, ¿en qué podrían derivar las disposiciones financieras sobre las que sí hay claridad?
El punto es que el acuerdo tiene disposiciones muy fuertes que restringen la habilidad de regular. Y si ustedes aprueban una regulación que frustre las perspectivas de algunas firmas, ellas pueden demandarlos. Por lo tanto, si Chile decide que los derivados o los Credit Default Swaps (CDS) son riesgosos, cualquier corporación que haya abierto una oficina en Chile puede demandar al país, no sólo por la pérdida de su inversión, sino también por las ganancias esperadas no percibidas por vender esos derivados o CDS, independiente del daño que puedan hacer a la economía chilena. El punto es que hay amplio consenso alrededor del mundo de que, en respuesta a la crisis de 2008, necesitamos regulaciones más fuertes y que toma un largo tiempo escribir y publicar esos reglamentos. Una vez que el TPP esté aprobado, cualquier nueva regulación abrirá en Chile una demanda con altísimas probabilidades de ser perdida.
–¿De qué otro modo podrían estas disposiciones disminuir o anular la capacidad reguladora en el país?
Para darle otro ejemplo: si ustedes cambian una regulación o una práctica en alguno de sus fondos de pensiones, cuyo dueño es una compañía extranjera que lo maneja y los legisladores chilenos deciden cambiar la regulación para asegurarse de que ellos apliquen menores costos de transacción, menores comisiones, porque ellos están, por ejemplo, aprovechándose de la población chilena –hay mucha discusión respecto a cuán malos han sido estos fondos– si ustedes aprueban una regulación, su gobierno será demandado.
–¿Y en qué posición queda, a su vez, la industria farmacéutica global con el tratado?
El acuerdo cambia el balance y aumenta el poder de las grandes farmacéuticas frente a los medicamentos genéricos. Reduce la fuerza de la regulación de los precios establecidos por las corporaciones y el uso de formularios. Por lo tanto, no sólo restringe la habilidad de los genéricos de competir, sino que además la habilidad de Chile de usar regulaciones u otros mecanismos para tratar de mantener precios razonables.
CRECIMIENTO: “NO HAY EVIDENCIA” DE QUE LO FAVOREZCA
–¿En qué aspectos este acuerdo sí podría ayudar a nuestra economía?
En general favorece a las corporaciones. Y si bien se trata de un acuerdo que busca favorecer a las corporaciones internacionales, también puede ser usado en contra del gobierno chileno por las corporaciones chilenas. Va a tomar un tiempo conocer todos los detalles y saber cómo pueden tomar ventaja con él, y muchas firmas están en eso, pero ese es un ejemplo de las consecuencias indirectas de este tratado que hemos podido ver.
–¿Sería enfático entonces en decirle a nuestro Congreso y a nuestro país “no aprueben esto”?
Sí. El mensaje es muy fuerte. Este es un mal acuerdo, que fue negociado en secreto sólo por las corporaciones, no se incluyó a grupos relacionados con el medio ambiente, con la salud, ONG, ninguno de sus argumentos estuvieron sobre la mesa. Y el resultado es exactamente el que usted puede precedir de ese tipo de proceso: las corporaciones tendrán un poder incontrolable, y lo que ellos están diciendo es que el acuerdo es un poquito mejor de lo que algunas personas esperaban, pero eso no significa que sea bueno. Aún es un mal acuerdo. Esto es algo que un alto porcentaje de estadounidenses considera como un mal acuerdo para toda el área del Pacífico y es por eso que demócratas y muchos republicanos están en contra, en especial por lo establecido en relación a los fármacos, y las disposiciones sobre el acuerdo financiero. La congresista Elizabeth Warren, que además es profesora de la escuela de leyes de Harvard, ha explicado muy fuertemente por qué esta es una mala ley, cómo divide las regulaciones actuales y afecta a toda la economía, elevando las ventajas del sector corporativo y del sector financiero desregulado en contra del resto de la economía.
–¿Por qué cree, entonces, que nuestro gobierno ha apoyado la iniciativa?
No lo entiendo. He escrito artículos como economista y uno extenso explicando por qué es una mala ley. Así que cualquiera que esté preocupado por el procedimiento legal, por el balance entre las corporaciones y el resto de la economía tiene que estar en contra de él. Hay una parte que tiene un acuerdo de libre comercio, pero esto en lo profundo afecta el balance entre corporaciones y ciudadanos comunes, la habilidad del Estado de regular, pues establece los procesos por los cuales se resuelven las disputas y no entiendo por qué su presidenta lo está apoyando.
–Hay autoridades que han destacado que el TPP generará mayor crecimiento económico para el país…
No hay real evidencia de que eso sea cierto. Hay algunos estudios que dicen que sí, y muchos informes que dicen que no, que esto no apoyará al crecimiento económico.

Raúl Sohr: “Es improbable un atentado yihadista en Chile”

Raúl Sohr: “Es improbable un atentado yihadista en Chile”
El analista Raúl Sohr apunta a la guerra de Afganistán, promovida por EE.UU., como cuna del Estado Islámico y afirma que el mayor error histórico de Washington en los últimos 70 años fue derrocar a Saddam Hussein.  Raúl Sohr lanzó un libro sobre el extremismo islamista pocos días antes de los atentados en Francia. “Una desgraciada coincidencia”, según este analista y sociólogo, con estudios en la Universidad de París y la London School of Economics, que ha colaborado para medios como The Guardian, Time y BBC.
Autor de ensayos como Chao, petróleo y Claves para entender la guerra, su última publicación, El terrorismo yihadista (Debate, 170 páginas) es de lectura urgente en estos días. Escrito en un estilo ágil, informativo, el texto, en su brevedad, destaca por la claridad con que aborda no sólo el origen del Estado Islámico (EI o ISIS), sino también la naturaleza del acto terrorista.
Para Sohr, son tres los elementos que definen a un terrorista: “Uno, pertenecer a una red clandestina; dos, operar sin distintivo, sin uniforme, y tercero, no portar el arma a la vista. El terrorismo es una forma de lucha armada, y como tal puede usarla la derecha, la izquierda, cristianos, musulmanes, judíos... Cualquier pasión profunda, incluso ecologista, puede usar el método terrorista”.  Lo que hace más complejo el actual panorama, agrega, es que “el Estado Islámico, aparte de ser una organización terrorista, es una ideología. Y para enfrentarla, hay que considerar que no se va a desvanecer, porque es un ente mutante. Antes podía ser Al Qaeda y mañana puede tornarse en otra cosa. La forma en que combates una ideología es distinta a la que combates un ejército, ya sea regular o irregular, y eso hasta ahora Occidente no lo ha entendido. Por eso se ha equivocado de manera garrafal”.
-En tu libro planteas que la guerra contra el terror de Bush fue un desastre conceptual y también en sus resultados. Pareciera que Hollande está planteando lo mismo. ¿Por qué es un error?
-Hablar de guerra cuando se lucha contra organizaciones terroristas, es inconducente. Las guerras por definición son entre Estados y fuerzas regulares o irregulares. Y es curioso, porque los franceses se habían tomado una molestia que ningún otro país se tomó en relación al EI: “No los vamos a llamar así, porque no son un Estado y tampoco genuinamente islámicos”, afirmaron. De pronto, el presidente de Francia les declara la guerra. De esa manera los eleva de categoría. Pero no son merecedores de esa distinción ni están en condiciones de ser considerados combatientes, porque las guerras tienen sus reglas y ellos no las cumplen.
-¿Cuál es el origen del EI?
-El nacimiento del yihadismo moderno está en Afganistán, ahí está la cuna. “El líder de ISIS es un misterio y en gran medida, es irrelevante. Es decir, una de las características de estos movimientos es la capacidad de regenerar sus direcciones. Esto no es Sendero Luminoso con Abimael Guzmán, que cayó y en pocos meses estaba desmantelado”.
-El primero que lanzó esta estrategia, de apoyar a los fundamentalistas para derrocar al régimen socialista en Afganistán, fue Jimmy Carter.
-El cerebro de todo esto fue su consejero Zbigniew Brzezinski, de origen polaco. A Carter no le interesaba Afganistán, sino los soviéticos. EE.UU. desarrolló una estrategia para que los soviéticos intervinieran en ese país, y una vez que lo hicieron, EE.UU. auspició la guerra de los muyahidines contra los soviéticos. Los rusos picaron. Los saudíes y norteamericanos gastaron ocho mil millones de dólares y les pasaron armas a los muyahidines, pero no lo hicieron de forma directa, sino a través de Pakistán, y sus servicios de inteligencia. Los soviéticos perdieron 15 mil hombres, y finalmente claudicaron, sin perder militarmente de la misma manera que EE.UU. no perdió en Vietnam, pero debió retirarse y abandonar la aventura.
-¿Cómo se forma el núcleo yihadista?
-Se generó un grupo duro, que no eran afganos, pero se los llamó árabes afganos. Habían combatido ahí, eran decenas de miles, que habían fraguado lazos de sangre y lágrimas, luchando en ese territorio inhóspito, y bueno, se foguearon. Alguien que se foguea en esa batalla, créeme que es un combatiente terrible. Cuando se termina el conflicto, no tenían más que hacer. Para entonces ya se había generado Al Qaeda. Bin Laden estaba allí y era un elemento central en la administración de los árabes afganos. Muchos volvieron a sus países. Ése es el origen de Al Qaeda.
-¿Bin Laden recibió dinero de EE.UU.?
-Él lo negó siempre, pero habría que ser demasiado ingenuo para creerle. Los misiles norteamericanos Stinger, que se lanzan desde el hombro, jugaron un papel determinante, porque impidieron el uso de los helicópteros rusos. Bin Laden recibió todos estos misiles, decir que nunca tuvo idea de su procedencia sería absurdo. Por otro lado, la CIA sabía exactamente quién era quién entre los que combatían contra los soviéticos. A Brzezinski le preguntaron después si se arrepentía de haber financiado a los precursores de Al Qaeda. “¿Por qué? ¿Cómo voy a comparar el pequeño desaguisado que se hizo ahí, con haber tumbado a la URSS y haber terminado con la Guerra Fría?”, declaró.
-Pero la URSS cayó por otras razones también...
-Por supuesto. Pero la reflexión de los yihadistas fue: “Ya tumbamos a una súper potencia, vamos por la otra”. Todavía no tenían un diseño claro, pero sí un fundamentalismo religioso que los llevaba a despreciar a Occidente. Lo que ocurre después es la invasión iraquí a Kuwait. Bin Laden le propone al Gobierno saudí que envíen tropas para desalojar a Irak, pero que lo haga Arabia Saudí con la ayuda de los árabes afganos. Los saudíes veían a Bin Laden como una oveja negra, porque era antisistémico. Y rechazaron su oferta. En vez de eso, invitaron a EE.UU., que metió medio millón de tropas. Esto indignó a los yihadistas, porque era el arribo de los cruzados a tierra sagrada.
-Al Qaeda, a diferencia de ISIS, no se planteaba una expansión territorial.
-Claro, pero esto cambió después del 2003, con la invasión de Irak por parte de EE.UU. Washington comete una secuencia de errores impresentable. El primero es haber invadido ese país, haber destruido un orden que aunque fuera un orden que no agradaba a Occidente, era un orden al fin. Y da pie a una guerra civil atroz, mueren cientos de miles entre chiitas y sunitas. Expulsan a los sunitas que estaban en el poder, los marginan. Los sunitas quedan desvalidos, y el grueso de los oficiales que conformaron el ejército iraquí son apresados por EE.UU. y llevados al campo de detención Bucca, donde empieza a germinar la idea de un califato. Abu Bakr al-Baghdadi que es el jefe de ISIS, entra en contacto con estos oficiales y con otros líderes de Al Qaeda de una manera que no lo habría podido hacer en ningún otro lugar de Irak. Las cárceles, como se dice, son escuelas de delito.
El líder no importa
-¿El Estado Islámico es peor que la red de Bin Laden?
-La diferencia fundamental es que ellos aspiran a esta política territorial para crear un califato. Si prospera, viene el terror. El califato va a cubrir Arabia Saudita, Egipto, Libia, el norte de África, donde ya están penetrando y colocando bases. Por lo tanto, este tema no se termina con el envío de tropas a Siria. Arabia Saudita es un país muy vulnerable, ¿cuánto tiempo va a pasar antes de que ISIS empiece a volar sus pozos petroleros? Si pueden volar un avión ruso, sin duda pueden volar yacimientos.
-¿Qué se sabe de Baghdadi?
-Poco. Tiene un linaje que le permite proclamarse continuador del profeta; algunos dicen que es un tipo muy pío; otros lo pintan como un estratega militar. Realmente es un misterio y en gran medida, es irrelevante. Es decir, una de las características de estos movimientos es la capacidad de regenerar sus direcciones. Esto no es Sendero Luminoso con Abimael Guzmán, que cayó y en pocos meses estaba desmantelado, porque era una organización vertical. Los norteamericanos usan la expresión: rompes el coco, y altiro tienes la leche en tu poder. Acá no es así. Matar a Baghdadi no va a hacer la diferencia.
“La invasión a Irak es el peor error que cometió EE.UU. desde la Segunda Guerra Mundial. Aparte de que las razones que adujo resultaron falsas, la caída de Saddam Hussein terminó por destruir completamente a ese país, que nunca volverá a ser un Estado como lo fue antes”.
Los norteamericanos han venido matando jefes de estos movimientos en forma metódica, la mayoría de ellos no vive más de dos años en posiciones de responsabilidad. A través de drones los van ubicando y asesinando. Tienen la tecnología para hacerlo, pero el EI también cuenta con medios para protegerse. Buenos búnkeres donde están a salvo de los bombardeos. Como muchas organizaciones insurgentes, circulan por túneles. No andan expuestos. Por lo mismo, con sólo bombardeos no los van a liquidar.
-¿De qué manera influye la concepción religiosa?
-El islam es como cualquier religión. Depende de la exégesis que hagas de la Biblia, vas a encontrar pasajes que hablan de la necesidad de combatir, y otros que te dicen pon la otra mejilla. En las religiones monoteístas vas a encontrar en el libro una cita para todo. El EI tienen una filosofía belicista, guerrera, de martirio y autodestrucción. La verdadera gloria es morir al servicio de Alá. Hay, por lo demás, un problema demográfico en los países árabes, la población crece explosivamente, pero los mercados son incapaces de asimilar esa mano de obra, y tienes masas enormes de jóvenes sin trabajo, viviendo en dictaduras opresivas. Ellos encuentran una salida en el Estado Islámico. Ese discurso llega a Occidente, a los nietos de inmigrantes que tampoco ven un futuro en el país donde viven. Y hay algo de tribu urbana también. El glamour de la kalashnikov, hay gente que tiene ese morbo.
-¿Son sicópatas?
-No. Debe haber sicópatas entre ellos. Pero en las guerras las atrocidades las hace la gente normal. Te vas embruteciendo y adquiriendo un apetito por la sangre. Algunos colapsan, y otros comienzan a disfrutarlo. Esto lo vimos en Vietnam.
El no de Lagos
-¿Fue un error la guerra de Irak de 2003?
-Es el peor error que cometió EE.UU. desde la Segunda Guerra Mundial en relaciones internacionales. No ha cometido un error más grave que ése. Aparte de que las razones que adujo para invadir Irak resultaron falsas (la tenencia de armas de destrucción masiva), la caída de Saddam Hussein terminó por destruir completamente a ese país, que nunca volverá a ser un Estado como lo fue antes.
-¿Valora la decisión de Lagos de decirle no a Bush?
-Lagos lo que hizo fue interpretar al conjunto del espectro político chileno. Había una intuición de que la invasión a Irak no era la continuidad de la lucha contra el terrorismo que había causado la caída de las Torres Gemelas, sino que estaba ligada a una estrategia de control del petróleo. Bush nunca imaginó el pantanal en que estaba hundiendo a EE.UU. Todavía hoy, doce años después, no han resuelto nada. La situación es infinitamente peor a la que había bajo Saddam.
-Pero Saddam era un déspota...
-Era tan déspota como cualquiera de los otros gobernantes del Medio Oriente. Ciertamente era infinitamente más progresista en términos sociales que el régimen saudí, que es un aliado íntimo de Occidente. En Arabia Saudita la religión dominante es el wahhabi, entre el wahhabi y lo que plantea el Estado Islámico no hay diferencias, es una misma ideología. Ellos practican penas de muerte atroces; tienen una plaza en Riad, donde decapitan a la gente con un sable, y después cosen de nuevo la cabeza al cuerpo y lo cuelgan. Los dejan en exhibición. Practican la lapidación, los latigazos, mutilaciones. Las mujeres no existen legalmente. Es el país más retrógrado y Occidente no desliza ninguna crítica, ninguna palabra contra Arabia Saudita, cuyo proceder no es distinto al del EI.
-¿EE.UU. debería cambiar su política con la monarquía saudita?
-Arabia Saudita es un país extraordinariamente frágil, militar y políticamente, pero tiene una de las principales reservas de petróleo del mundo. Hasta hace muy poco EE.UU. importaba más de dos tercios de sus insumos, principalmente petróleo, de manera que Arabia Saudita era clave, tan así que había una doctrina militar que empezó con Eisenhower: agredir a los saudíes es una agresión contra nosotros. “Hay una regla universal: nadie tolera el miedo. Y si le das a elegir a cualquier persona entre miedo y renunciar a ciertas libertades, a ojos cerrados van a renunciar a ciertas libertades. El 84% de los franceses está dispuesto a hacerlo a cambio de seguridad. Es el bien más querido”.
-¿Por el petróleo?
-Exacto. Esa alianza surge también para frenar la expansión de la otra vertiente del islam, que es el chiismo. Los iraníes son chiitas y cuando ocurre la revolución del ayatolá Jomeini en los 80, EE.UU. teme que el fundamentalismo chiita, enemigo de Arabia Saudita, se expanda por todo el mundo musulmán. Para contenerlo induce a Irak a que entre en guerra con Irán. Libran la guerra más larga del siglo XX, ocho años, con cientos de miles de muertos. Irán realmente es desangrado. Como un toro en un ruedo, las picas hacen su trabajo.
-¿El problema de fondo, entonces, es la histórica división entre sunitas y chiitas? ¿No ocurrió hace mil años?
- Claro. El 85% de los musulmanes son sunitas, salvo Irán y una parte de Irak y Siria. El Estado Islámico, al igual que Arabia Saudita, es sunita. La gran masa de los sunitas son súper moderados. El quiebre se dio en el siglo VII, por la sucesión del profeta.
-Es un conflicto que parece no tener salida. ¿Qué hacer?
-ISIS tiene un talón de Aquiles: su sectarismo es su debilidad. Lo que deben hacer Occidente y Hollande es generar la mayor alianza internacional posible, obtener la mayor legitimidad para aislar a EI, y embarcar a los rusos, los iraníes, Hezbolá. También a los kurdos, que están combatiendo en el norte, aunque se genera un problema con Turquía. Es un rompecabezas en que es difícil juntar las piezas.
Aparte de generar esta alianza, reprimir duramente a los saudíes para que no sigan apoyando a EI, con dinero. De Qatar y otros emiratos también provienen donaciones privadas, hay que frenar eso en forma drástica. Habrá que resolver el problema de cómo incorporar a los chiitas en la lucha, sin que se transforme en un genocidio de sunitas. Cada vez que los chiitas han tomado la ofensiva en Irak terminan masacrando a sunitas. Y eso fortalece al EI. Hay ahí una situación muy compleja. Lo más importante es que sean fuerzas locales las que lideren las acciones.  El tema no es si se ataca al EI, por supuesto que hay que atacarlo y destruirlo, porque es una amenaza objetiva para millones de personas, árabes y cristianos, pero hacerlo de tal forma que no dé más fuerza a EI.
-¿Hay alguna posibilidad de que Chile sufra un atentado yihadista?
-Atentados puede haber en cualquier lugar del mundo. Pero Chile es muy seguro, es un país al que es difícil entrar y difícil salir. La PDI tiene un control bastante efectivo. Es una virtud del país. Ninguno es absolutamente invulnerable, pero en Chile es altamente remoto que pueda haber un atentado de esta naturaleza. Además, no hay una comunidad islamista. Es decir, hay suníes, pero son comunidades pequeñas, bastante integradas, que ciertamente no tienen ninguna, ninguna vinculación con el yihadismo. La pregunta es si puede haber un atentado yihadista, creo que no, las posibilidades son remotísimas.
-¿Es válido restringir ciertas libertades con tal de no tener atentados?
-El Estado francés en particular, tiene ya enormes atribuciones en sus leyes actuales para enfrentar la situación. La lucha contra el terrorismo es una lucha por preservar nuestras libertades, y no ser víctimas del miedo. No es evidente que las medidas adicionales que piden los gobiernos contribuyan a una seguridad más efectiva. Muchas veces son dictadas por el pánico del momento, por la necesidad de parecer duro, por razones políticas. La mayor eficacia se obtiene con la participación de la ciudadanía, en la denuncia, en el acatamiento de las normativas antiterroristas.
Hay una regla universal: nadie tolera el miedo. Y si le das a elegir a cualquier persona entre miedo y renunciar a ciertas libertades, a ojos cerrados van a renunciar a ciertas libertades. El 84% de los franceses está dispuesto a renunciar a ciertas libertades a cambio de seguridad. Es el bien más querido. La libertad no existe sin seguridad. •••
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"En el caso mapuche no hay terrorismo"
-Has dicho que se abusa de la palabra "terrorista". ¿Por qué?
-Hace 10 años escribí El Fantasma del Terrorismo, en el cual abordaba el tema desde el punto de vista de Al Qaeda, y lo que había ocurrido en las Torres Gemelas. El molde de terrorismo se aplicaba con mucha ligereza. Hay un malentendido: la gente piensa que terrorismo es cualquier cosa que aterrorice, que su objetivo es causar terror, y no es así.
Por ejemplo, hay un terrorismo que pretende levantar el estado de ánimo de la población. Durante la Segunda Guerra muchos de los atentados que se hacían contra los ocupantes alemanes no apuntaban tanto a la destrucción de las fuerzas alemanas, sino que a demostrar que la ocupación era ineficiente, incapaz, y que había una resistencia. Muchas veces las organizaciones terroristas hacen actos de propaganda. Otro ejemplo: en Chile cuando el FPMR volaba pilones de alta tensión, no lo hacía para aterrorizar a la masa, lo que quería era decir que la dictadura no tenía el control total del país. Por el contrario, hay muchas cosas que nos causan terror, como un robo, que no son terrorismo. Para no confundir los fenómenos, hay que acotar las definiciones.
-Y en el caso mapuche, ¿usarías el término terrorista?
-En absoluto. Lo que tenemos es una movilización con fines sociales, realizada por actores conocidos.
-Pero hay gente encubierta...
-Hay distintos tipos de encubrimiento. Por ejemplo, un estudiante encapuchado no porque lleva una bufanda y tira una molotov es terrorista, con lo cual no quiero decir que no sea grave. Este tipo de situaciones se da en todo el mundo. Cada vez que hay una reunión del G7, aparecen estos elementos fundamentalmente de sectores anarquistas, que generan una violencia fuerte, que incluso ponen en peligro la vida de los policías, pero ningún país los considera terroristas.  En las luchas sociales muchas veces utilizan violencia, por ejemplo, trabajadores tercerizados en el cobre en El Teniente queman buses. ¿Hay mucha diferencia entre quemar un bus y camiones que transportan madera? Sin embargo nadie acusó a los trabajadores tercerizados de El Teniente de ser terroristas. A mi juicio lo que ocurre con los mapuches es violencia social. A mí me ha tocado participar como testigo en algunos juicios, y los jueces saben perfectamente quiénes son los responsables, miembros de la Coordinadora Arauco Malleco, lonkos identificados. Es un conflicto que tiene expresiones violentas, pero eso no lo convierte en terrorismo. El terrorista pertenece a una red clandestina, cuya estructura no se conoce; no usa nada que lo identifique y no muestra sus armas. Eso lo establece la Convención de Ginebra.
-¿Y el bombazo en el Metro?
-Tiene características de terrorismo, efectivamente. Proviene de grupos con elementos anarquistas, que no hay que confundir con la filosofía anarquista. El anarquismo usó el método terrorista en el siglo XIX, pero tiene una diferencia muy grande con el yihadismo, y es la siguiente: los anarquistas en el siglo XIX en Rusia mataban a un príncipe o a un conde. En cambio, desde el 11 de septiembre de 2001, el yihadismo impone tres cosas que son su marca registrada: en primer lugar, un terrorismo catastrofista, es decir causar el mayor daño posible, la mayor mortandad, como los atentados en París. Mientras más personas mueran, mejor el atentado. En general los atentados anarquistas no tienen esa característica. Después, los yihadistas son suicidas, lo cual te deja el desafío de cómo enfrentarlos. ¿Qué hacer con el que viene a morir? ¿Qué le vas a decir: te voy a matar? El tercer punto es lo que en EEUU llamaron la muerte de la distancia. El terrorista puede salir del último rincón del mundo, irse al corazón de la metrópolis de la superpotencia y poner una bomba allá: en Boston, en Nueva York, en París. Países como EEUU y Francia sintieron una vulnerabilidad que no habían conocido.

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