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Carta abierta a Gobernador Francisco Pinto:
La barbarie de criminalizar las migraciones
En momentos de implementación de una nueva Política Migratoria para el País, y mientras está en curso la discusión sobre una Nueva Ley de Migraciones, que revierta los actuales postulados que asocian la inmigración a una amenaza, nos encontramos en la región de Tarapacá con una declaración del recién nombrado Gobernador de Iquique totalmente contraria a lo dispuesto por el Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior y Seguridad Pública.
La edición del diario El Longino del miércoles 6 de enero, en la página 3 publica una breve entrevista a la autoridad designada por el Ejecutivo, cuya respuesta a la pregunta ¿Qué desafíos tiene ahora como gobernador? es por lo menos alarmante. El Sr. Francisco Pinto responde: “Mis principales desafíos serán el ataque contra la delincuencia y migración”. Nos parece insólito, por un lado, que una autoridad que pretenda representar los intereses de los ciudadanos de la región con mayor proporción de población inmigrante en el país, asocie la inmigración a la delincuencia, desconociendo los aportes que esta población genera a nuestra sociedad, tanto a nivel cultural, social, como económico. Y, por otro lado, nos indigna que un periódico ciudadano permita que temas tan delicados como la migración, sean asociados a temas de seguridad o, si ese fuese el caso, sean objeto de malentendidos o de una mala redacción.
Es probable que la preocupación manifestada por “la migración” sea de otro tipo, sabiendo que el Sr. Pinto es sociólogo y que durante un periodo de su vida, fue refugiado. Sin embargo, la omisión del tipo de desafío que presenta esta materia, así como la sobrevaloración de la “seguridad” promueven la criminalización de las migraciones. No está de más señalar que las investigaciones en comunicación plantean de manera generalizada que los medios de comunicación generan un discurso ideológico al entregar hechos y acontecimientos presentados como “verdades” (Van Dijk 2002, 2006, Witker 2005, Póo 2009, Browne y Romero 2010, Browne et al. 2011, Arévalo 2014). Así, la información puede transformarse, en el imaginario social, en prejuicios y estereotipos, referidos al “otro” (Póo 2009). Estos estereotipos permiten que el extranjero sea presentado como fuente de conflicto, amenaza, impidiendo una percepción de la inmigración como proceso social (Liberona, 2015).
Ante la publicación de ayer, nuestra alerta fue escribir una carta al Director del medio de comunicación que publicó la señalada entrevista, sin embargo esta mañana nuestra decepción y preocupación fue mayor, al darnos cuenta que se hizo caso omiso de la carta, ignorando nuestra solicitud de interpelación al Gobernador Francisco Pinto.
La región de Tarapacá es y ha sido históricamente una región de inmigración, además su realidad fronteriza es un elemento constitutivo de la sociedad actual. Hasta hace poco, la palabra “inmigración” era positiva, ya que implicaba los aportes culturales europeos que acompañaron el apogeo económico de la industria salitrera. Se reconoció también el legado de los culíes chinos, esclavos de las guaneras, víctimas de la ambición capitalista, cuya presencia cultural se entremezcla con la cultura peruana. Cultura presente en este territorio antes de ser chilenizado luego de la Guerra del Pacífico. Qué decir de los múltiples intercambios socioculturales entre chilenos y bolivianos, así como de la interdependencia económica entre la región de Tarapacá y el Occidente boliviano, el ejemplo de la ZOFRI es el más elocuente. Pero, actualmente en las reflexiones cotidianas al interior de los hogares, en las conversaciones de colectiveros o en los discursos de algunos radialistas, escuchamos que la palabra “inmigración” ha adquirido una connotación negativa, a-histórica, deshumanizante, donde el “otro” latinoamericano, indígena, negro es visto como un enemigo, un objeto de desprecio y humillación. Esto se llama xenofobia y racismo. Conceptos que han servido para avalar las más grandes barbaries de la humanidad, como el Holocausto, el Apartheid, los fatídicos muros de la frontera sur de Estados Unidos y las masivas muertes en el Mediterráneo que han marcado las noticias internacionales de los últimos años. Hoy en día, la movilidad humana es uno de los fenómenos constitutivos de la globalización. No podemos desconocer que las ciudades más importantes y poderosas del mundo son cosmopolitas, es decir que están constituidas por la diversidad cultural que presenta el planeta.
Por estos motivos, solicitamos que el Gobernador de Iquique rectifique sus dichos y replantee sus desafíos para la región, anteponiendo como deber el respeto y cumplimiento del derecho a migrar, otorgado universalmente a todos los seres humanos. Asimismo, debido a la ausencia de autoridad provincial durante un prolongado periodo, es urgente que se retome el trabajo de la Mesa Ciudadana de Migraciones; instancia necesaria para resolver temas pendientes, en particular el mejoramiento de la atención pública a los ciudadanos extranjeros que entregan los mejores años de su vida activa a nuestras familias, nuestras empresas, nuestras ciudades.
Académica e investigadora del Instituto de Estudios Internacionales INTE – UNAP
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