El geólogo de la Universidad Austral de Chile participa desde el inicio en el equipo que ha estudiado el sitio arqueológico más antiguo de nuestro continente y que obligó a reescribir la historia del origen del poblamiento de América. El investigador habló con Explora acerca de cómo ha evolucionado la forma de hacer ciencia en su área y critica que en el país no se protejan los sitios arqueológicos “como corresponde”. En 1978, Mario Pino había egresado hace dos años de la carrera de Geología y ya era profesor en la Universidad Austral de Chile (UACh). Con ese cargo comenzó a trabajar en el equipo que el reputado arqueólogo estadounidense Tom Dillehay –hoy en la Universidad de Vanderbilt- lideraba en Monte Verde, Región de Los Lagos. Un sitio arqueológico donde se habían encontrado restos de lo que parecía ser una cultura muy antigua.
Años de excavaciones, análisis y la publicación de varios estudios los llevaron a demostrar, en 1997, que se trataba del asentamiento humano más antiguo de América, donde quedaron rastros de lo que fue una cultura que pasó por el lugar hace cerca de 15 mil años. La comunidad científica mundial reconoció entonces que los trozos de cuerdas, papas y herramientas de madera y piedra encontrados en Monte Verde eran más antiguos que los de la Cultura Clovis, que vivió entre 12.910 a 12.710 antes del presente en Norteamérica y eran considerados los primeros habitantes del continente. Una revolución del conocimiento arqueológico.
Hace pocos días, una nueva publicación en la prestigiosa revista especializada Science volvió a poner a Monte Verde y a la ciencia chilena en el foco de atención del planeta. A casi 40 años de su descubrimiento, el asentamiento dio una nueva sorpresa: es 4 mil años más antiguo de lo que se había calculado anteriormente. Las últimas excavaciones, realizadas a fines de 2013, permitieron recolectar 39 objetos de piedra y residuos de 12 pequeñas fogatas, las que fueron datadas entre 14.500 y 18.500 años antes del presente. No sólo eso, cuenta Pino, también determinaron que el momento en que vivieron era muy frío (fin de la Era del Hielo), por lo que el sitio fue un lugar de paso, utilizado, muy probablemente, en verano.
¿Cómo se determina que fue un asentamiento si no hay huesos humanos?
Nunca hay huesos. En ninguno se han encontrado esqueletos, porque nadie sabe qué hacían con sus difuntos, pero están los restos de su vida. Por ejemplo, en Monte Verde están los remanentes de un toldo, su comida, cuerdas, nudos y herramientas de piedra y madera. Mientras que en Pilauco, también localizamos utensilios hechos en piedra.
Este segundo sitio arqueológico, llamado Pilauco, se ubica en la misma región, pero en plena ciudad de Osorno y fue descubierto en el año 2007. El doctor Pino es el investigador principal de esta excavación donde aparecieron, sobre todo, huesos de megafauna (gonfoterios, caballos, antepasados de guanacos, milodón y posiblemente osos). Además de evidencias de asentamientos humanos conformados por clanes, que usaban herramientas para cazar y que pasaron por el lugar hace unos 14.600 y 15.300 años atrás. Lo que se ha podido esclarecer, gracias a los avances científicos y tecnológicos de las últimas décadas, es que estos primeros habitantes poseían una cultura mucho más compleja de lo imaginado.
A partir de los objetos encontrados ¿Es posible describir el comportamiento que tenían estos primeros habitantes?
Sí, es muy posible. Gracias a la excavación de Monte Verde, hemos aprendido bastante de su comportamiento. Se trata de un campamento humano y mediante diversos análisis logramos entender cómo era su vida y su cultura. Por ejemplo, hoy podemos afirmar que estos primeros habitantes tenían una alimentación con un alto componente de plantas. Conocían la papa silvestre, comían hongos -que son los mismos que comemos hoy en el sur-, brotes de bambú, bayas, frutas y manejaban conocimientos de más de 40 plantas medicinales.
¿Cómo lograron determinar que usaban la flora con fines medicinales?
Porque están agrupadas en una zona especial donde suponemos que trabajaba el chamán o chamana del grupo, y también porque en ese lugar existen especies de bollos hechos con hojas de boldo y con algas, que masticaban con propósitos terapéuticos.
¿Cómo cambió la teoría de cómo llegaron los primeros pobladores a América, a partir de los descubrimientos del sur?
Lo que cambió nuestro Monte Verde es la fecha de la llegada. Se suponía que los primeros pobladores eran Clovis, quienes vivían en América del Norte, específicamente en EEUU. y hoy sabemos que eso no es así y que los verdaderos pioneros llegaron miles de años antes.
Los caminos todavía no están muy certeramente construidos, pero hay ciertas cosas que indican que la ruta fue probablemente por la costa del Océano Pacífico. En esa época el mar estaba 120 o 130 metros más bajo que el actual, así que si existieron sitios en la costa, hoy están bajo el mar. No hay otros lugares de la antigüedad de Monte Verde en Chile ni en ninguna otra parte del mundo, el resto de los territorios viejos son de 12 mil años y aquí hablamos de 15 mil calendarios.
¿Están debidamente protegidos ambos sitios arqueológicos?
Pilauco está completamente protegido como si fuera una casa, tiene reja, es un sitio formal. Pero el Consejo de Monumentos Nacionales no se preocupa y ahí radica el problema con Monte Verde: Monte Verde es una joya de la arqueología mundial y Chile no lo ha asumido. Tiene los rasgos de arquitectura más viejos de la Tierra, la cuerda más vieja, el nudo más viejo, los artefactos de madera más viejos, las papas más viejas de la Tierra. Está postulado a ser Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, pero el organismo internacional no va a mover un dedo mientras el sitio físicamente no le pertenezca al Estado chileno. Los investigadores sentimos que Monumentos no hace los esfuerzos que nosotros hacemos y en Monte Verde esta situación es crítica.
Los esfuerzos de difusión
¿Cómo ha ido cambiado esta investigación que se ha extendido por 40 años?
Lo que ha cambiado con el paso del tiempo es la precisión de los fechados radiocarbónicos. Cuando empezamos a fechar a comienzos de la década del ‘80, los datados tenían unos 250 años de error. Hoy eso ha disminuido a sólo 20 o 30 años de inexactitud. Asimismo, Monte Verde fue excavado en condiciones muy difíciles, porque en esa misma década, Chile era otro país. Había que acampar durante los meses de verano, por ejemplo. En cambio, ahora en las exploraciones de Pilauco estamos en la ciudad, vivimos en una casa al lado del sitio, todo es mucho más fácil.
Últimamente hay más descubrimientos arqueológicos o paleontológicos en Chile. ¿Existe un mayor interés o hay más científicos dedicados al tema?
Yo creo que cambió la perspectiva desde la investigación. Cuando nosotros empezamos a excavar Monte Verdec, el concepto de vinculación con el medio no existía. Publicamos durante 20 años en revistas en inglés, en cambio cuando empezamos Pilauco comenzamos desde el primer día con esta labor de difusión, porque entendimos que este vínculo con la comunidad era tan importante como la investigación misma.
¿En qué está trabajando actualmente?
Estuvimos trabajando duro hasta hace algunas semanas atrás en el paper de Monte Verde para la revista científica internacional Plos One, que está en pausa. Mientras que en Pilauco estamos excavando –gracias a un Fondecyt- y publicando artículos. También nos enfocamos en vinculación con el medio, a través de un proyecto de paleoturismo que es bien bonito.
¿De qué se trata esta iniciativa de paleoturismo?
La Municipalidad de Osorno se ha tomado la cosa en serio. Es un parque que es una representación de aquella época prehistórica: hay una piscina que representa el agua y los gonfoterios están ahí en una especie de laguna. Los animales que están encarnando la Era del Hielo serán llevados luego a una cancha de patinaje en hielo. Donde habrá un pequeño museo y van a licenciar un restaurante que ofrecerá comida pleistocénica.***************************
Tras 26 años, parte nueva excavación
en yacimiento Monte Verde
El asentamiento humano más antiguo de América está 35 kilómetros al sur de Puerto Montt. Expertos buscan nuevas piezas y critican falta de un museo con el hallazgo más importante de Chile.
por Cristina Espinoza - 29/11/2013
Hasta ahora es considerado el asentamiento humano más antiguo de América. La prueba de que hace 14.500 años había hombres viviendo en lo que hoy es Monte Verde, a 35 km de Puerto Montt, revolucionó la teoría del poblamiento americano. Sin embargo, sólo el año pasado, la cultura monteverdina -cuyos restos fueron descubiertos en 1976- comenzó a aparecer en los textos escolares chilenos.
A pesar de ser el descubrimiento arqueológico más importante de Chile, los más de 600 objetos recuperados en 10 años de excavaciones -realizadas entre 1977 y 1987- permanecen almacenados en la bóveda de un museo de la U. Austral (Uach). No tiene museo propio, pese a que los investigadores lo han pedido por más de 20 años. Por eso, la llegada del arqueólogo estadounidense Tom Dillehay, de la U. de Vanderbilt y líder histórico de las excavaciones que dieron origen al hallazgo, reaviva la esperanza de conseguirlo. El investigador volvió al sitio este lunes, junto a un grupo de ayudantes y acompañado de un equipo de National Geographic, para reanudar las excavaciones tras 26 años, en una campaña que se extenderá hasta el 22 de diciembre y que podrían seguir, de ser necesario, dice Dillehay.
Según el arqueólogo, buscan delimitar el sitio por una solicitud del Consejo de Monumentos Nacionales, que lo tiene en lista tentativa para postularlo a Patrimonio de la Humanidad. “Es difícil definir el límite cultural si no hay excavación. Nunca vamos a saberlo en realidad, pero podemos estimarlo, esa es la meta”.
Buscan también nuevas pruebas del sitio Monte Verde I, más profundo y de 33 mil años. Hasta ahora cuentan con 26 piezas, pero sólo cinco fechas que señalan que tienen más de 30 mil años. “Queremos más. Estamos viendo más terreno para verlo mejor, y viene un equipo de gente fuera de Chile para fechar el sitio con nuevos métodos, que no existían en los 80”.
POLEMICO MUSEO
La falta de un museo que albergue el hallazgo impacta a los expertos. “Un museo de esta envergadura no es sólo para Puerto Montt o la región; es para el mundo, porque tiene piezas únicas a nivel mundial”, dice Mario Pino, geólogo de la U. Austral y quien ha sido parte de las excavaciones desde el comienzo. Entre ellos hay una cuerda con nudos, una pisada que parece ser de un adolescente, la papa más antigua, las boleadoras más antiguas y otra decena de objetos únicos, guardados en las bodegas de la Dirección Museológica de la Uach, y que no están en exhibición, según una fuente de la repartición, “porque no existen medidas de conservación significativas” que permitan hacerlo.
“No puede ser un museo cualquiera. Debe ser especial, el diseño, la climatización”, indica Pino.
El proyecto ya existe y tiene una promesa de financiamiento estatal, comprometida por la Subsecretaría de Desarrollo Regional, pero que está estancado por un problema municipal. “El museo debería estar en el borde costero, pero la municipalidad perdió la concesión. Crearon una oficina de patrimonio, pero el proyecto ni siquiera ha sido presentado internamente”, dice Eduardo Alvar, secretario ejecutivo de la Fundación Monte Verde. ¿Por qué no cambiar el lugar? Porque las bases indican que debe instalarse en un lugar donde se aseguren ganancias.
Para Dillehay, muchas de las autoridades que tienen el control son demasiado regionalistas. “Se habló de esto hace casi 15 años y no han hecho nada”, dice. “Para hacer un museo chinchorro en Arica se tomó rápido la decisión a nivel regional, porque las autoridades estatales se dieron cuenta de la importancia del sitio. Se tomó la decisión y punto. Pero para eso deben pensar más allá de su región”.
Desde la Municipalidad de Puerto Montt sostienen que el problema del sitio para el museo está a punto de solucionarse, que llevan 10 meses en conversaciones con la Subsecretaría para las Fuerzas Armadas -que tiene la concesión del lugar- y que en los próximos meses habrían novedades favorables.*********************