(Victor Damián; Revista Grito).
En conmemoración del Golpe Militar, en que la historia nacional y su curso se trizó, los invito humildemente a recordar y reflexionar personal, familiar y nacionalmente sobre lo que significó, pero especialmente qué significa hoy dicha fractura, a través de los conceptos fundamentales que sustentaron y sustentan hoy la perpetua vida a “Golpes”.
Si bien, la distancia generacional que me divide del fatídico 11 de septiembre es amplia, está brecha no me desvincula, sino más bien me arraiga de manera vital con la historia inconclusa que mis antepasados aún no pueden contar, recordar ni menos superar. Antepasados que no son consanguíneos, nos son amigos, ni menos familiares, pero que cada uno con su silencio, su grito, su aliento, su acompañamiento o su coraje, hoy se transforman en mis padres, mis amigos, mis vecinos, es decir mis hermanos. Con su permiso, dispongo estas humildes pero sentidas palabras para dirigir este breve Glosario en conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado, pero queriendo con ello también invitar a los jóvenes y los adultos a reflexionar el horizonte futuro que la vida nos exhorta a construir.
Derechos Humanos. ¿Tú sabías que hace 40 años, es decir 25 años después de la Declaración Mundial de los Derechos Humanos, en Chile a manos de las fuerzas armadas y altos mandos políticos, el pueblo sufrió en su totalidad la pérdida de su dignidad? La dignidad humana como derecho universal de todos los humanos se estableció con Los Derechos Humanos en 1948. Documento que en la actualidad sustenta y da cuerpo a las constituciones internacionales, pero que hoy es metafísica, porque ni en Chile y el Mundo se protegen ni menos se promueven. Pero ¿Cómo es posible que hoy en nuestro país todavía hayan personas que tengan una vida indigna? Y ¿Cómo los hechos sucedidos hace 40 años hasta la fecha siguen marcando nuestra dignidad como seres humanos? Esta realidad, en la que los derechos humanos se violan, no es un hecho aparte que se da en la clandestinidad de la periferia o que pasa en la vida cotidiana de los campamentos. ¡No!
Mira, ¿Cómo podemos hablar de Derechos Humanos en el siglo XXI si todavía no hay justicia sobre los torturados, asesinados, desaparecidos y testigos del Golpe Militar? ¿Cómo podemos hablar de Justicia si todavía quienes adhirieron públicamente el régimen militar ostentan grandes puestos públicos? ¿Cómo podemos hablar de Libertad si por las leyes laborales nuestros vecinos viven como verdaderos esclavos? ¿Cómo hablar de expresión libre si no nos podemos expresar espontáneamente sobre causas justas y libertarias? Y ¿Cómo hablar de dignidad intrínseca si todavía existen familiares, vecinos, amigos y compañeros que sufren y no pueden continuar con su vida porque su libertad de amar fue arrebatada con sangre? Entonces cabe preguntar ¿Cuándo viviremos en Derecho? ¿Cuándo seremos humanos?…
Razón e Inteligencia. La instrumentalización de la razón desde la ilustración, pasando por las guerras mundiales hasta la actualidad ya ha tenido sus frutos: como la imprenta, la electricidad, los motores, entre otras. Pero también éxitos como el genocidio nazi, la tecnología atómica, los experimentos humanos, estudios cerebrales y la tortura. Pero ¿Esto habrá llegado también a Chile con el apogeo de la razón? Y si se realizó ¿Habrá sido tan efectiva como en Europa y Norteamérica?
Cuando los alemanes experimentaban con las personas, siempre evitaban que la persona-espécimen muriera, con el fin de poder seguir experimentando con él y economizar proporcionalmente materiales de trabajo y espécimen. En la Dictadura latinoamericana como en la chilena, los soldados ya sean conscriptos, tenientes, coroneles y hasta generales realizaron torturas a nuestros familiares a diestra y siniestra, de sur a norte y de día y de noche ocupando la razón como instrumento para el terror. Imprimiéndole una función específica a la inteligencia: la de lastimar y/o matar. Y así, como los nazi la utilizaron para asesinar a la mayor cantidad personas al más bajo costo, los soldados chilenos la instrumentalizaron (la razón) al servicio de la tortura y el asesinato. Esto se puede corroborar con los testimonios contenidos en el informe de la comisión Valech y Rettig en donde se presentan algunas de las violaciones a los Derechos Humanos. Pero ¿Será está la función de la razón? ¿Este es el objetivo de la misma? Como por ejemplo: La de idear como dañar lo más posible psicológica, sentimental o físicamente sin dejar rastros o evidencias. La de encubrir de la mejor manera a los altos cargos políticos y militares para evitar sus futuras acusaciones. El de ocultar cualquier prueba humana en ríos, minas antipersonales, acantilados, cementerios, etc. O la de confeccionar una constitución ¿Es ese el sentido de la razón y es así como la quieres validar?
Tiempo y Duración. Todos hoy nos reunimos a conmemorar la fecha en que se tomó el Poder Popular por las armas y la violencia, además del hecho histórico en que la nación se trizo, pero ¿Hoy conmemoramos solamente el 11 de septiembre? Y ¿Es justo conmemorar y recordar el 11 de septiembre como el único tiempo en qué se trizo nuestra identidad? A estas preguntas cabe mencionar que no, porque ¿Cómo podemos afirmar – conociendo los hechos – que Chile solo se trizó el 11 de septiembre si hoy todavía no existe justicia ni verdad para los familiares y los que sufrieron?
Mucho se suele escribir y comentar sobre el Golpe Militar, pero es necesario agregar que ese puñetazo lo vivimos día a día, hora tras hora y minuto a minuto. Y ¿Cuándo lo vivimos? Cuando vemos que la Constitución limita y violenta las libertades políticas y ciudadanas de los chilenos. Cuando el ex dictador queda vitalicio en un cargo que es otorgado por la ciudadanía. Cuando un ministro puede ser removido para ser senador arbitrariamente. Cuando los políticos que adhirieron y promovieron el genocidio hoy ostentan grandes puestos políticos. Cuando la educación que tenemos es la que convenientemente fue promulgada en Dictadura y la reforma a ella –en democracia- es su continuación. Como ven, el Golpe militar no fue un hecho que duro 17 años, sino que perdura y resiste hasta hoy, ya que las acciones permitidas que tú puedas realizar están limitadas en el marco legal de la Constitución chilena. Por tanto nos queda preguntar ¿Aún quieres vivir a Golpes?
Lo Político. Como bien debes saber, la política significa a grandes rasgos: la disposición y orden en beneficio de la Polís, es decir la ciudad y la ciudadanía, pero ¿Se practica o entiende así hoy? Y ¿Esto tiene importancia en mi vida? Hoy es imposible decir que las personas se sienten identificadas con su país, ciudad o comunidad, ni menos dispuestos a las personas que las componen. Las causas son cientas y conocidas, como por ejemplo: el individualismo, las redes sociales, la crisis de identidad, el personalismo, las crisis políticas, económicas, etc., pero ¿Es esto motivo para que las personas no se interesen por la Política? Y ¿Deberíamos estar todos llamados a la política?
Las malas prácticas de los políticos a nivel mundial han construido la desconfianza y el distanciamiento de las personas frente al hecho político y la política. Pero ¿Esto es normal? ¿Es legítimo? Sin lugar a dudas que no, porque todos nacemos y somos seres políticos, al estar existencialmente vinculados a una Polís. Pero ¿Cómo devolvemos esta naturaleza política a todos nosotros? En primera instancia habría que saber, que existe un error conceptual y vital, a saber: La política y lo político, si bien están vinculadas no son lo mismo. La política: es el ejercicio de todos los hombres que han ostentado el poder político y que lo han deformado y violado. En cambio Lo político: es el hecho y dimensión en la cual todos nosotros estamos existencialmente vinculados por ser miembros de la Polís, la ciudad y la ciudadanía. Comprendiendo esto, te darás cuenta que después del Golpe Militar y la Dictadura Militar lo nuestro, lo de cada uno, lo político fue arrebatado a muchos chilenos imprimiéndoles generacionalmente una desvinculación con la política y lo político. Por tanto cabe preguntar ¿Permitirás que el ámbito reducido de la política domine tu existencia? ¿Te enajenaras de lo tuyo para que otro domine la Polís? o ¿Eres tan inhumano o apolítico que dejaras a tus padres, hijos, amigos, hermanos y vecinos en las manos de los políticos para que decidan el destino de ellos?
Consecuencia y Compromiso. Con esta frase un hombre popular y comprometido dio cuenta de lo que significa la consecuencia de vida: “No dudaría un momento en renunciar si los trabajadores, los campesinos, los técnicos y profesionales de Chile así me lo demandaran o sugirieran” (Salvador Allende, 7/2/1971). Si bien esta cita es de hace muchos años atrás, veremos que todavía nos convoca. Al sentenciarse por dicha frase, el ex presidente nos está conminando con el ejemplo a evaluar y suspender nuestras individualidades y nuestros egos por un fin mayor, un fin popular: el Bienestar Común que por lo demás no debería ser distinto al de cada uno. Invitándonos a actuar en consecuencia. Y así lo manifestó Allende, cuando se parapeto en La Moneda resistiendo frente al acecho norteamericano y neoliberal instrumentalizado por los militantes y simpatizantes de derecha en Chile.
¿Qué habrá motivado a S. Allende a persistir frente a la inminente muerte? ¿Qué fuerza lo conmino a no resistir? Y la respuesta eres tú. Los valores, las identidades y los proyectos e ideales de todas las personas, fueron la fuerza que motivo a resistir el acecho militar, ya que ninguno de ellos en ningún momento desistió del proyecto de Bienestar Comín que tenían entre manos. Como ven; cada caricia, cada mirada, cada beso, aliento y cariño fue defendido con compromiso y consecuencia intentando perdurarlo en el tiempo, creyendo junto con las personas que en la lucha y la resistencia era justa y consecuente.
Y tú ¿Eres capaz de actuar en consecuencia por la mirada sufriente de un hermano latinoamericano?
Memoria y Olvido. Hoy más que nunca, a nivel nacional se está hablando sobre el Golpe Militar. Está en el aire, se respira, se siente. Pero ¿Qué significa esto? Y ¿Cómo lo debo interpretar? Es bien sabido que todos nosotros somos hijos del recuerdo, ya sea colectivo o individual, porque nos constituye, construye y reconstruye día a día a medida que recibimos testimonios; como cuando sonrío por el recuerdo de un olor, cuando me erizo por un aroma vivido, porque nos recuerdan algo de nuestras vidas. Reconocer la importancia de la memoria, es fundamental porque la memoria es nuestro sustento existencial, individual, familiar, colectivo, nacional y humano. Es por ello que las cosas, que siendo inanimadas nos involucran, porque cargan historia.
Pero ¿Qué pasa cuándo se olvida la historia, nuestra historia?
A 40 años del Golpe Militar, todos los chilenos, sean jóvenes, adultos o mayores de barrios altos y las pobla’s quieren reconciliarse pero no pueden, sinceramente no pueden, están limitados, porque no existe la historia desde olvido. La sangre que mancho las calles, el grito que callo las aves, la muerte que apago la vida aun es incógnita, no tiene nombre ni rostro. Ese tipo olvido, esta vida inauténtica, que ha durado más de 20 años en dictadura o democracia demanda su historia, exige justicia y clama verdad. Esta vida inauténtica obliga a que los hijos, los nietos y bisnietos luchen por su memoria para que por fin puedan vivir –aunque tristemente- su historia.
Ya la memoria nacional grita y exige su historia, porque ya no que quiere vivir más en el olvido y frente a esta proclama, que resurge cada año más y más fuerte, nos quedan varias interrogantes ¿Tendremos que seguir viviendo una vida inauténtica? ¿Algún día viviremos en justicia y verdad? Y por último ¿Podremos reconciliarnos todos los chilenos sin perdón y olvido?
Ilustraciones tomadas de la exposición Cartografías de la Resistencia, pertenecientes a Alejandro Marcos, Henck Wognum, Jean Rustin, Miguel March y Ernest Pingon respectivamente.
HOLA ESTIMAD@S, JUNTO CON SALUDARLOS, LES ESCRIBO PARA AGRADECER QUE HAYAN COMPARTIDO ESTE ESCRITO QUE ES DE MI AUTORÍA.
ResponderEliminarSALUDOS Y ESPERO ESTEMOS EN CONTACTO.
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