sábado, 26 de diciembre de 2015

Campaña llama a plantar flores en todo Chile para así ayudar a las abejas a polinizar

 


Ante la fuerte disminución de estos insectos, especialmente las productoras de miel:  19/08/2014


La ONG Plan Bee quiere motivar a los chilenos a cultivar ciertas especies, según la región, en jardines, balcones y espacios públicos para que las abejas tengan alimento suficiente para sobrevivir.
Más del 70% de los alimentos que consumimos dependen directamente de la polinización que realizan las abejas. Si ellas no existieran desaparecerían las frutas y verduras, pero también los lácteos y carnes, ya que las semillas de los pastos que el ganado consume se originan de plantas polinizadas. Incluso los fármacos también se verían afectados. Un ejemplo: el ácido acetilsalicílico proviene de la flor del sauce. De ahí que existe gran inquietud por la merma que está afectando a las poblaciones de insectos polinizadores, especialmente la abeja melífera.

En los últimos cuatro años en el país, las abejas han estado muriendo a una tasa del 8% anual. Influyen en ello factores como la falta de alimento, los pesticidas y la deforestación. Preocupada por la situación, la ONG Plan Bee acaba de poner en marcha la campaña Polinicemos Chile. La idea es crear espacios donde las abejas y miles de otros insectos puedan encontrar alimento, unas especies de jardines amigables para poder ayudarlas a recuperar su población, explica Paula Pedreros, ingeniera agrónoma y cofundadora de Plan Bee. "Todos podemos darle una mano a las abejas plantando las flores correctas y así proveerlas del néctar y el polen que necesitan".   Al plantar estas flores, según la especialista, se estará ayudando no solo a las abejas, sino a otros insectos polinizadores importantes, como abejorros y mariposas, que también están en peligro de desaparecer.

Dentro de las especies de hierbas y flores atractivas que son factibles de ubicar en casi todo Chile están la menta, lavanda, albahaca, tomillo, manzanilla, romero, margarita, mora, poleo y borraja. También hay alternativas específicas según la región (ver infografía).  Las abejas también aman el pepino, la cebolla, el cebollín, los melones, las sandías, el brócoli y la coliflor. "Si todas las personas le dedican solo un pequeño espacio en sus balcones o jardines, estarán marcando una gran diferencia", dice Pedreros. Ahora, si hay más paciencia y terreno suficiente, pueden plantar árboles frutales atractivos como cítricos, almendros, cerezos, manzanos, damascos y ciruelos.

Dentro de las especies poco recomendables para plantar se encuentra el césped que, asegura, no tiene relevancia para las abejas y además necesita de un alto consumo de agua. "Los cardenales o geranios tampoco los recomendamos ya que, a pesar de ser bastante rústicos, no tienen ningún atractivo para las abejas", especifica. Además, se aconseja mantener un recipiente de agua fresca cerca de las plantas para que las abejas puedan hidratarse. Aunque la campaña se les ocurrió a los miembros de Plan Bee, luego descubrieron que ya existían iniciativas similares en otros países del mundo.

Reserva en Los Molles. La ONG lleva varios meses trabajando en la conservación de las abejas melíferas. Ya cuentan con una primera reserva en la zona de Los Molles, de 3.500 hectáreas, en la que se han habilitado unos 300 cajones para que las abejas formen sus panales. La idea es, básicamente, su preservación, pero también se comercializa un poco de los excedentes de miel para costear el gasto del cuidado de la reserva. Ahora el objetivo es crear una nueva reserva en otra región del país. "Estamos buscando un lugar en la Novena Región, en el sector de Pucón, pero también hay ofrecimientos en Los Lagos y Linares; son varias las posibilidades, pero todavía ninguna es definitiva", aclara.
No descartan impulsar una campaña de adopción de colmenas para que el público se comprometa en forma directa con las abejas y de paso logren obtener financiamiento, ya que hasta ahora la organización se sustenta con aportes voluntarios de sus socios.  En todo caso, si bien el refugio de las abejas es atractivo y funciona como paradero para reponer energías, es mucho más efectivo si se complementa con jardines amigables que, junto con mejorar la biodiversidad de nuestra ciudad, ayudan a entregar una amplia gama de alimentos para los polinizadores.

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